Cuidar puede ser agotador física y emocionalmente. Si eres un asistente de salud domiciliaria, con el tiempo, el estrés puede llevarte al agotamiento, una condición caracterizada por irritabilidad, fatiga, problemas para dormir, aumento de peso, sentimientos de impotencia o desesperanza y aislamiento social. En Clinical Home te damos algunos consejos de autocuidado para ti.
1. Date tiempo para ti mismo
Ser amable contigo mismo construye la base del cuidado personal. La autocompasión significa darte crédito a ti mismo por el arduo y complejo trabajo de cuidar, alejarte de la autocrítica y permitirte un tiempo para ti, incluso si son solo unos minutos al día, para cuidarte.
La falta de tiempo o energía puede hacer que perder ese tiempo sea particularmente desafiante. Incluso, puedes sentirte culpable o egoísta por prestar atención a tus propias necesidades, sin embargo, lo que debes saber es que practicar el autocuidado te permite permanecer más equilibrado, concentrado y eficaz, lo que ayuda a tus pacientes.
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2. Realiza meditación
Las prácticas de cuerpo y mente no solo fortalecen la salud física, sino que también profundizan la conciencia y la conexión entre la mente y el cuerpo. Específicamente, se ha demostrado que uno de los beneficios del yoga es que reduce el estrés en los grupos de cuidadores, como la familia de personas con enfermedad de Alzheimer y cáncer.
Asimismo, las prácticas de meditación de atención plena y las técnicas de relajación profunda pueden reducir el estrés.
3. Practica meditación profunda
Una de las técnicas de relajación más simples es la conciencia de la respiración. A continuación, te presentamos unos pasos para realizar respiración consciente:
- Encuentra una posición sentada cómoda en una silla o cojín.
- Cierra los ojos y comienza a notar tu respiración.
- Es común tener pensamientos de distracción que van y vienen, pero déjelos pasar y devuelva suavemente su atención a la respiración.
- Inhala lentamente por la nariz contando cinco, mantenga y haz una pausa contando cinco y exhala contando cinco nuevamente.
- Continua durante 10 minutos. Puedes sustituir los recuentos por frases como: Respiro energía tranquila y relajante, Hago una pausa para dejar que la energía silenciosa relaje mi cuerpo, Exhalo y libero cualquier energía ansiosa o tensa.
¡Así de simple! Ahora, si quieres una relajación más profunda, extiende gradualmente tu exhalación, hasta que alcance una exhalación dos veces más larga que la inhalación (10 recuentos).
4. Aliméntate adecuadamente y ten calidad de sueño
Cuando trabajas, es fácil olvidarte de tus propias comidas y necesidades. Ten presente que tener calidad de sueño y una adecuada alimentación es clave para prevenir el agotamiento del asistente de salud domiciliaria.
Para lograrlo, desarrolla una rutina diaria de 10 minutos antes de dormir para lograr un sueño más reparador. Esa rutina nocturna puede incluir ejercicios de respiración, meditación o posturas de yoga.
En ese sentido, saltarte las comidas puede provocar irritabilidad y fatiga, por lo que es importante comer a tus horas. Del mismo modo, la nutrición puede ser un factor importante para prevenir el agotamiento.
Se ha comprobado que el estrés crónico está vinculado con un aumento de la inflamación en el cuerpo, por lo tanto, te recomendamos evitar el alcohol, alimentos procesados o con alto contenido de azúcares refinados.
5. Ten grupos de apoyo
Si bien puede ser difícil asistir a las citas sociales con amigos y familiares cuando eres un asistente de salud domiciliaria, es importante mantener las conexiones sociales para sentirte menos aislado y prevenir el agotamiento.
Darte cuenta de que no estás solo y que otros están pasando por experiencias similares fomenta tu capacidad de ser compasivo contigo mismo. Y si tal vez no tienes muchos amigos, los hospitales y las organizaciones locales a menudo ofrecen grupos de apoyo para asistentes de salud domiciliaria.
6. Establece límites
Para cuidarte adecuadamente, es imperativo establecer límites claros sobre todo si trabajas desde casa, donde no existe una separación física entre la vida laboral y la vida hogareña.
Empieza por hacer una lista de formas en las que puedes crear más espacio para ti. Por ejemplo, si normalmente te dedicas directamente a tus deberes de cuidado después de terminar tu trabajo del día, es posible que desees dedicarle una hora de ejercicio primero o hacer una llamada telefónica a un amigo cercano.
Independientemente de cómo decidas crear tus límites, la clave es encontrar formas de defenderlos. Los límites pueden hacer surgir sentimientos molestos o provocar culpa en algunos cuidadores, pero permitir que se satisfagan sus necesidades puede aliviar el estrés, evitar que se acumule el resentimiento y crear una dinámica de relación más saludable entre usted y la persona que está cuidando.
Ahora lo sabes, para cuidar a los demás primero debes cuidarte a ti. Si, actualmente, cuidas a un familiar, no dudes en seguir todos estos consejos o optar por los servicios de un asistente de salud domiciliaria.
En Clinical Home nos preocupamos por ti y tu familia. Si uno de tus familiares está llevando un tratamiento médico o deseas que alguien lo cuide, llena este formulario y te ayudaremos con ello.
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